Toda cocina de hacienda tiene su adobo secreto y este es el nuestro. Esta salsa de pura pulpa de ají dulce (que sabe a ají, pero no pica) fue creada como una base para todos los sofritos y marinada de aves; no se pudo resistir a ser degustada en todo tipo de carnes, arepas y fritos por aquellos amantes del sabor, pero temerosos del picante. Corre el rumor de que se ha visto mezclarla con mayonesa o suero y que la combinación es increíble.